Un día tú me veías y al otro yo te lloraba
Caminaba arrastrando
mis recuerdos dejando atrás
los brindis
y las charlas
y en plena calle mientras exprimía
de mis calcetines mi llanto,
tu voz
desde algún lugar me preguntaba:
¿Cómo ven
los muertos?
Y mi
sobresalto superó la tristeza y descalzo corrí sobre el pavimento.
De pronto mi razón me detuvo y en mi vaga lucidez mire atrás
en busca de
tu rostro.
Y entre las
sombras, más allá de mis sollozos
divise tu
esencia y otra vez me preguntaste:
¿Cómo ven
los muertos?
Tras recobrar el aliento y sacudirme la sorpresa
desde el fondo de mi angustia conteste:
Los muertos
ven a través la ira y la sed de venganza;
ven a
través de la agonía y la urgencia de justicia.
Los muertos
ven a través de sus vivos quienes lloran y añoran
la justicia
ausente.
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